Brujas, calabazas y turismo
Misterios, leyendas, historias de terror y la luz de las velas, elementos que se repiten en la noche del 31 de octubre alrededor del mundo. Pero hay muchos tipos de experiencias turísticas para vivir esta noche y poner los pelos de punta a cualquiera.
Hay quien elige pasear por un hermoso cementerio, visitar los escenarios de las películas de terror más polémicas o vivir experiencias terroríficas en su propia piel. Una noche de tensión, gritos y misterio, en la que lo más terrorífico parece convertirse en real.
Uno de esos lugares es el castillo de Bran, en Rumanía, más conocido por ser el hogar del vampiro más famoso de todos los tiempos, Drácula. A él acuden visitantes atraídos por las leyendas de terror que encierran sus muros.
Entre los cementerios, el más famoso del mundo es el de Pére Lachaise, con unas magníficas vistas de París. Hay tantos famosos enterrados que más parece una galería de esculturas al aire libre que un camposanto. En este lugar descansan Moliere, Chopin, Edith Piaf y Oscar Wilde, cuya sepultura se halla cubierta de marcas de carmín de sus admiradores y admiradoras. No nos podemos olvidar de Jim Morrison, cuya tumba es la más visitada año tras año.
Muchos prefieren vivir el terror en su propia piel con experiencias inolvidables, experimentar junto a otros acompañantes del terror, el suspense la aventura y el humor, una tendencia por la que ya apuestan muchos lugares de ocio; hoteles, centros comerciales, parques de aventura…
Disfrutar del misterio y el pánico que transmite la noche de los muertos es lo que persiguen todas estas propuestas, que convierten en reales leyendas, fantasmas y extrañas presencias, las cuales durante siglos han atemorizado a la sociedad con la idea de la muerte.
Y tú… ¿qué plan tienes?